Milagros
Almeida
Actríz-Cantante
(En construcción)

UNAS FICHAS A...
Milagros Almeida: con las cosas claras
Actriz y cantante, se luce en la obra “Mineros”, donde se atreve a un desnudo total. La platense ya había hecho algo similar en “Hair”. Historia de una joven que sabe lo que quiere.
07.02.2012
Por Sandra Commisso

La importancia de tener las cosas claras. Desde muy chica, Milagros Almeida tuvo definido su objetivo de dedicarse a actuar y cantar. Tan definida estaba esa vocación que sus padres no dudaron en apoyarla e incentivarla para que viniera a estudiar a Buenos Aires. Y así fue como, junto a su hermana menor Victoria (que ahora se luce en la obra En el cuarto de al lado junto a Luciano Cáceres y Gloria Carrá), llegaron desde La Plata, después de terminar la secundaria.
Ahora Milagros, con 31 años, actúa en la obra Mineros , que dirige Javier Daulte, en la que impacta no sólo por su actuación sino porque se anima a un desnudo total. “Mi personaje es una estudiante de arte que se paga sus estudios trabajando como modelo vivo para artistas plástico”, cuenta. Y aclara que no dudó en aceptar el papel cuando, ya en el casting, le advirtieron que debía aparecer en escena como Dios la trajo al mundo.
“El cuerpo es un instrumento para el actor y no tengo inhibiciones con el mío. El desnudo le da un toque picante a la obra porque mi aparición es sorpresiva y la escena es fugaz, pero resulta divertida”, dice. “Además, confío mucho en la mirada del director. No tuve miedo de quedar expuesta porque se trata de una puesta que es estéticamente bella. A pesar de lo audaz me siento contenida por todo el grupo”.
Antes de llegar a Mineros (protagonizada por Hugo Arana, Jorge Marrale, Darío Grandinetti y Juan Leyrado) Milagros ya se había animado a un desnudo total en una puesta de Hair . “Estoy feliz de trabajar con actores que admiro y que ahora descubro que son excelentes personas también”. En su haber tiene varias comedias musicales y un reemplazo de su propia hermana, Victoria, en la pieza Cielo rojo que dirigió Helena Tritek, profesora de ambas.
En la familia Almeida hay otro hermano, Gonzalo, que estudia cine y trabaja como productor de televisión. “Así nos aseguramos tener quién nos dirija en el futuro”, bromea Milagros.
Pero la actriz también convive con la cantante en Milagros. “En una época estaba más peleada con la actuación hasta que me empezó a picar el bichito de nuevo. Las dos cosas se complementan. Cuando estoy haciendo una de las dos por mucho tiempo, empiezo a extrañar lo otro. Y así voy cambiando”.
Milagros forma parte de la banda de funk Tony 70 desde hace tres años. “Con ellos estoy grabando un disco, es el tercero del grupo, pero el primero para mí con ellos”.
Sus estudios de piano y composición también le sirvieron para hacer su propio camino en la música. Además del disco con Tony 70 está preparando un álbum con temas propios, junto a Mauricio Mayer, productor y su maestro de composición. ¿Estilo? “No tengo idea de cómo definirlo, es un poco lo que va saliendo”, se sincera.
Después de diez años de convivir con Victoria, el año pasado decidieron de manera conjunta hacer cada una su camino. Ahora nos encontramos los domingos a la tarde a tomar mate y después nos vamos junta al teatro porque las dos estamos en Corrientes al 1300, en veredas opuestas”.
Entre aquella estudiante del IUNA y la chica audaz de Mineros , Milagros fue notera de un programa de música, entre otras cosas. Y tuvo una participación en una película, estrenada en 2009, que se llamó Los informantes . “La filmamos en Uruguay y actuaba Kim Basinger”, recuerda.
Confiando en su amor por lo que hace, en marzo volverá a retomar su entrenamiento con clases de canto y actuación. Y se prepara para un show con Tony 70, en La Trastienda, en abril.
“Yo dejo que las cosas vayan pasando. Dejo que me sucedan. Y a medida que aparecen voy viendo qué es lo que creo mejor para mí. Y si me parece, lo hago. No tengo apuro, confío en lo que se va dando”. La importancia de tener las cosas claras.
VIERNES 13 DE JULIO DE 2012
Lunes 24 de noviembre de 2014 Por Alejandro Miroli
Arte en Buenos Aires
Peter Shaffer en dirección de Clara Pizarro...
(...) "El ojo público" pone en el formato de una reflexión leve, sobre la crisis matrimonial, uno de los problemas fundamentales de la metafísica de la Modernidad. Si bien no parece la pretensión del autor, es de resaltar la presencia de esa deriva hacia el tema de la mirada.
Milagros Almeida con el vestuario y maquillaje de la época, adquiere la mayor intensidad dramática, y demuestra el punto en el cual el amor y la pasión comienzan a desgajarse y exigen ser revividos.(...)

El ojo público no sólo es una obra sobre la crisis matrimonial en los 60, también es una obra sobre la mirada, centralmente sobre ello. Y Shaffer cruza ambos tópicos, poniendo en la asunción de la mirada –la pura mirada, sin texto, sin dimensión semiótica alguna– la posibilidad de transformar la rutina matrimonial. (...)




Varios elencos, en una reunión de festejo
El teatro se divierte: los grandes sin divismos

Amigos. Los "Mineros" con Grandinetti Jr. incluído
Los actores de "Buena gente", "Filosofía de vida" y todas las obras que se presentan en La Plaza celebraron el comienzo de las vacaciones. Toda la intimidad de la noche.

[Clik en la foto para nota completa]
SuRmeNaGe 24 marzo 2015
Estados alterados
Ella es una mujer deprimida pero no es una mujer cualquiera, es ELLA ... tan particular, tan sofisticada y glamorosa, por ende no es una depresión común y corriente, es una depresión a su altura, a toda orquesta.
Dícese que surmenage es un estado de tensión que bloquea el sistema nervioso, cuando una persona lo padece puede desmayarse o perder el control, en este caso opera la segunda opción. Nuestra heroína (Millie Almeida) con un delicioso histrionismo, se descontrola de la forma tal vez menos esperada para estos casos ... cantando. A través de sus canciones expone los conflictos que la llevaron a ese estado. La relación con sus padres, el amor, el desamor, los encuentros y desencuentros y el hastío mismo.
Con una estética exquisita inspirada en los años 50, esta performance, dirigida por Fernando Tur, deleita nuestros sentidos con muy buenas voces, banda en vivo, interpretaciones inesperadas con objetos insólitos y un humor muy sutil. Una escenografía que se arma y desarme ante nuestros ojos, todo el tiempo, en forma contínua e incesante, todos padecemos junto a la bella protagonista un estado de alteración mental, alienante y cautivante por demás.
¡Muy buena!
Redactora: Andrea Alejandra González



30 de diciembre de 2011
TEATRO Por Celia Absatz
VERANO EN BUENOS AIRES

UN PANTALLAZO DE LA TEMPORADA TEATRAL QUE SE VIENE.
El cuarteto de “Baraka”, Darío Grandinetti, Juan Leyrado, Jorge Marrale y Hugo Arana, con su mismo director, Javier Daulte, presentarán “Mineros”, de Lee Hall.

Miradas al Sur- Cultura
29 de marzo de 2015 "Surmenage" Por Raúl Argemí
Música, lejos de un ataque de nervios
Con una producción poco frecuente un espectáculo para oídos hedonistas.
A dúo.
Milagros Almeida y la trompeta de Hernán Sanchez.
El espectáculo puesto en Patio de Actores se vale de una falla en la mecánica –se saltan los fusibles, para decirlo en términos caseros– de la cabeza, que harta de ser exigida, de pronto se toma vacaciones y el portador se encuentra como en un sueño, vagando por espacios vacíos donde debería haber memoria, y sensaciones sueltas desprendidas de las historias que las generaron, como claveles del aire. Esta definición no convencería ni a un médico ni a un diccionario, pero el desconcierto mandante en todo “surmenageado” –o sea víctima de un surmenage, el síndrome de fatiga que bloquea el sistema nervioso, y hace que la realidad puede ser una y varia al mismo tiempo– es una buena excusa para poner en marcha una provocación musical a toda música. Que, al fin, de eso se trata el espectáculo –¿la obra?– titulada, como ya tendría que ser obvio,Surmenage.
Como para marcar que en los últimos decenios los actores argentinos pueden hacer algo más que “parecer naturales” y hasta cantan; o su reverso, que los cantantes pueden ser algo más que un poste de la luz –o un buzón, depende del talle– y pedirles que se muevan e interpreten por fuera de la música no es un desafío para nervios bien templados, el elenco de Surmenage, como diría alguno, “se toca todo”, y lo hace bien.
La excusa de la puesta en escena de Fernando Tur –sobre idea y música de Milagros Almeida– es el estado de cortocircuito de una mujer y un asomo a lo que sucede en el interior de su cabeza, pero a la vista del espectador. Así, una sucesión de cuadros demandan participación de quien los presencia, un enlace de continuidad racional, eso que siempre se busca como salvavidas ante lo inasible. Es tan claro que se puede apostar a que cada espectador armará un puzzle distinto, según donde lo toque cada cuadro, o en qué recuerdos propios encuentre su eco la música.
El centro del juego, la protagonista, que viaja, delira no se sabe si por recuerdos o por cómo le gustaría recordar lo que nunca fue, reclama de Milagros Almeida una exhibición de oficio que es de agradecer. La variedad de sus registros, el feeling que despliega y su afinación hacen que uno eche en falta un espacio con una acústica mejor que el sordo Patio de Actores.
Por lo demás, como los músicos no se pueden quedar afuera, la lista: Omar Possemato, voz y actuación; Malena Zuelgaray, voz y actuación; Eduardo Penney, guitarra y actuación; Gonzalo Javier Alvarez, voz y actuación; Yanina Ferraro, voz y actuación; Hernán Sánchez, trompeta y actuación; Maia Prieto, violín y actuación; y Julián Mekler, que completa la convocatoria musical con voz y actuación. La redundancia en que actúan no es casual. Surmenage no es un grupo de actores más un grupo de músicos; es todos a una, como Fuenteovejuna o los tres mosqueteros.
Colaboran en la puesta en escena Julieta Carrillo que pone las luces que separan, ocultan o identifican a quién hay que ver y cuándo –una habilidad no siempre apreciada por los espectadores– y Sofía Ciravegna, que desde la asistencia de dirección pone el color necesario para que la música no se quede sola.
¿Dónde? Patio de Actores, Lerma 568 (CABA). Para gente con buen oído musical, una producción de “Millie Almeida et Les Manontroppo”.



EL ESPECTADOR COMPULSIVO
UN SITIO PARA LAS ARTES DEL ESPECTÁCULO
TEATRO: SURMENAGE marzo 26, 2015
UNA PROPUESTA INTERESANTE
“El surmenage o síndrome de fatiga crónica es un tipo de depresión que bloquea el sistema nervioso. Cuando una persona lo padece, pierde el control, puede entrar en shock o dejar de reaccionar ante cualquier estímulo, inclusive puede construir una realidad que no existe”, aclara Fernando Tur, creador de loa obra que lleva el nombre del desorden y pretende, precisamente, dar cuenta de él en forma de espectáculo musical.
Surmenage no es un musical al modo convencional, quizás porque da amplia cabida a la subjetividad, tanto del personaje central –una mujer- como de los espectadores, quienes pueden interpretar (más allá de las canciones) ese material, por momentos caótico, a su manera; quizás, porque renuncia a construir una línea temporal con su consiguiente progresión dramática. Más bien se trata de estados interiores sumados, yuxtapuestos, entrelazados, dados a conocer a través de la música, la actuación y una coreografía bien delineada. Sorprende y divierte, porque el humor es uno de sus ingredientes fundamentales. El otro es el talento de sus hacedores.
Un mínimo hilo argumental sostiene aSurmenage como todo armónico en el que las canciones se suceden con su consiguiente puesta en escena. La obra comienza con una figura -¿acaso su protagonista, la excelente Millie Almeida?- cubierta con una sábana bajo la cual es posible adivinar su postura gracias a unos anteojos ahumados que marcan dónde está la cabeza; esta primera escena -cuyo desenlace no develaremos- es la clave de lectura de un espectáculo que se desarrollará desechando la lógica y apelando, sobre todo, a lo onírico.
Les Manontroppo conforman el equilibrado conjunto que acompaña a la protagonista, otorgando al espectáculo un alto nivel musical y realizando, también, un aporte actoral que constituye apropiado marco a lo que sucede en el centro de la escena. La caja negra del escenario -sólo con una lámpara y un sofá- resulta un espacio que se adapta muy bien a la propuesta escénica que, sin embargo, detenta brillo y glamour, sobre todo gracias al vestuario e iluminación.
Música de calidad teatralizada en un espectáculo que echa mano de distintas melodías, en diferentes idiomas, en un atractivo recorrido.
Marta Casale

TEATRO Por Carolina Lucero
Surmenage (o síndrome de fática crónica)
Se estrenó en el Patio de Actores Surmenage, una obra que fusiona actuación, canto y música en vivo. Invita al espectador a un recorrido propio mediante el juego y el goce. Dirigida por Fernando Tur.

Esta obra pareciera ser la excusa perfecta para poner en escena a nueve artistas para desplegar su arte: Surmenage no cuenta una historia en particular, sino que son momentos vivenciados de forma desordenada y atemporal por su protagonista, la actriz y cantante Millie Almeida.
Almeida comienza su trabajo profesional en el año 2003, desempeñándose como actriz y cantante en diversas bandas de música, obras de teatro, y comedias musicales. Su primer trabajo como solista es Millie Almeida et les Manontroppo.
En noviembre de 2014 es convocado el músico y actor Fernando Tur, para hacerse cargo de la dirección del espectáculo. Fernando Tur es integrante de Krapp. El grupo trabaja desde el año 2000, con interrupciones, en la búsqueda de nuevas formas de expresión. Krapp está integrado por bailarines, actores y músicos que orientan su actividad a la investigación creativa.
La diversidad de las disciplinas contribuyó a la construcción de una estética propia. Según su director, Surmenage es una elipsis musical coreográfica y cinematográfica que suprime acontecimientos de la linealidad temporal del relato. Sin embargo, hay historia y tiempo. Con imágenes surrealistas nos invita a dejarnos llevar por la propuesta y disfrutar del juego colectivo armonioso y desordenado propuesto por los artistas. El amor como tema no puede no estar presente en esta pieza. Pero también la angustia, la tristeza, el deseo, la pasión, la simpatía son algunos de los estados que recorre la brillante actriz, portadora de una voz privilegiada. Con buena música y excelentes interpretaciones nos llevan no solo disfrutar de esta obra única sino que también permiten que cada espectador la transite de un modo distinto, pero llegando a un lugar común: un estado de mayor sensibilidad.

miércoles 18 de marzo de 2015
SURMENAGE Por María Riccheri
Milagros Almeida, representa una mujer que está sumergida en una etapa de depresión y que con gran fascinación hace un recorrido por distintas etapas de su vida, creando así, con un inigualable caracterización todo lo que ocurre en el escenario que está transformado en un divertido musical. Los personajes demuestran las relaciones que forman parte de la vida de ella y cómo afectan en su persona. Un gran despliegue de músicos van acompañando a todo lo que sucede y nos provoca una majestuosa imagen de todo lo que acontece para llevar al público, una respetuosa puesta en escena que causa un gran estupor. Cabe destacar el colorido y no menos desopilante vestuario que llevan todos y cada uno de los actores para acompañar dicha propuesta, dejando así una calurosa muestra de todo lo que quieren transmitir. El final que lo dejamos abierto para que los que concurran al espectáculo lo vivan con su libre interpretación, hace que deleitemos aún más el sentido que tiene semejante obra. Esta valiosa pieza está llevada con la hidalguía de la mano del director Fernando Tur, que hace de este trabajo un ensueño particular.

DOMINGO 20 DE JUNIO DE 2010
Somigliana, siempre en el Teatro del Pueblo
Es acertado este nuevo montaje de una de sus obras

Fernando Armani, Martín Leis y Milagros Almeida, parte del elenco de "El Ex alumno"
(...) Mucho tiene que ver la sólida actuación de un elenco cuyo pilar es José María López, impecable en la piel del profesor, respaldado convincentemente por Fernando Armani, el ex alumno, y Milagros Almeida, como la hija del docente. (...)
Susana Freire
Teatro: Surmenage por El Crítico Enmascarado
27 de marzo de 2015
Creo que fue Alberto Ure el que mencionó que en la música se producían algunos de los avances más notables para la actividad teatral. La pose de Mick Jagger, por caso, evidenciaba un sentido de la teatralidad que se nutría delarte actoral y que, también, brindaba nuevas herramientas para el mismo. Hay mucho teatro en los recitales, incluso en ocasiones con referencias explícitas
(pensemos en el Woyzeck que han hecho los Tiger lillies) y sería válido, también, hacer entrar recitales en puestas teatrales. Algo así es Surmenage, una obra con un mínimo hilo argumental que sirve como soporte para asistir a un conjunto de canciones.
Una persona (Millie Almeida) envuelta en una sábana de la que sólo podemos ver los pies, con un par de lentes sobre la tela para indicarnos dónde estaría la cabeza, nos recibe. La sinopsis (no así el desarrollo) nos aclara que esta obra sucede en un tiempo subjetivo durante el cual la protagonista se encuentra en un estado desurmenage, un colapso intelectual que también tiene el pomposo nombre de “síndrome de fatiga crónica”. Así, se propone un recorrido por la mente de esta protagonista cuando lo racional baja las defensas. La densidad de lo onírico, instalada ya desde el patas para arriba, habilita también los subibajas emocionales de la pieza. Siempre es un desafío interesante ver la dramatización de un sueño, hacer entrar al teatro allí donde las leyes de la física y la naturaleza no se respetan. Así, se empieza a establecer una lógica cambiada que funciona muy bien. El espacio vaciado, salvo por un sillón y una lámpara, se va poblando con la apertura de puertas tras las que aparecen y desaparecen miembros de la banda Les Manontropo compuesta por ocho miembros que usan percusión, violín, trompeta, contrabajo y voces. A partir de la llegada del grupo, el argumento va a perderse al tiempo que la presencia musical se hace más fuerte. Las canciones ilustran los distintos estados de ánimo en los que esta protagonista, con la arbitrariedad de los sueños, está inmersa. Tiene arreglos interesantes de temas conocidos, pero lo que se impone por sobre la narración es una estética que está marcada por el imaginario de la big band con trajes de brillo y elegancia que se superponen al camisón, también elegante, de Millie Almeida. El vestuario y el tipo de actitud que, junto a la música, generan son de máxima relevancia para la puesta.

La orquesta y las voces están en gran nivel, los cuadros musicales con canciones en castellano, francés (predominante) e inglés se suceden yendo del bolero a la chanson française y al jazz sin perder el clima onírico. La dirección sabe poner en primer plano la música entre los breves climas que genera en este recorrido emocional que no termina de ser un recital ni una obra de teatro en sentido estricto pero que genera un momento agradable en su mezcla poco ortodoxa.


Por Jorge Luis Montiel




Un musical nada convencional por Larisa Rivarola Para nota completa click en la foto
.Los códigos de tiempo y espacio que suelen regir las narraciones teatrales están ausentes en Surmenage, obra musical alusiva al nunca ordenado corpus de recuerdos, miedos y fantasías que a diario nos atraviesa. La puesta, accesible los sábados a las 23 en Patio de Actores, se concreta en las ajustadas interpretaciones de un noneto de actores-músicos liderados por la talentosa Millie Almeida.
El teatro musical en el circuito alternativo de Buenos Aires nos sigue ofreciendo múltiples propuestas de calidad indiscutible, aunque no siempre caracterizadas por la originalidad que Milagros Almeida et Les manontroppo, dirigidos por Fer Tur, le imprimen a Surmenage, obra recientemente seleccionada para el próximo Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) y nominada a los premios ACE 2015 como mejor musical.
Porque Surmenage se asemeja a miles de capas de memoria diferenciadas por una mayor o menor intensidad según la magnitud de cada recuerdo (ya sea que intentemos aprehenderlo o negarlo). Lo que verdaderamente poco importa es lo que racionalmente podamos decir de Surmenage, motivo por el cual lo que esta cronista intentará hacer es transmitirle al lector algo de lo percibido durante la función del 11 de julio en Patio de Actores, con el objeto de estimular el deseo por acceder a la experiencia a la que nos arrastra maravillosamente su protagonista: Millie Almeida.

Cuando la mente desborda y el arte cura

El agotamiento físico y mental, las exigencias, la búsqueda del perfeccionismo, el caos de la ciudad, las presiones sociales y propias, entre algunos de los problemas más recurrentes; nos permiten saber que estamos en presencia de un “Surmenage” (escrita por Milagros Almeida y Fernando Tur, dirigida por éste último).
Habrá quienes nunca escucharon hablar sobre este término y es que, no es habitual de usar actualmente.
Proveniente del francés, hace referencia a un estado morboso producido por la fatiga repetirda, física e intelectual. Lo sorprendente es que, en los años cincuenta se hablaba más de surmenage que de stress en las enciclopedias.
De esta manera, la actriz Millie Almeida, interpreta a una mujer que está pasando por una crisis -en la que se incluyen todos estas estas problemáticas y- dentro de la que se pueden observar sus síntomas.
Ella, aparece en escena de una manera atípica, sin mostrarse hasta pasados unos minutos de la historia. De este modo, los accesorios y ambientación se encargan de hablar por ella, hasta que su voz se hace protagonista de su padecer, de su desorientación y de su sufrimiento actual.
Es fascinante verla trasladarse con unos tacos altos por toda la sala, escucharla cantar en francés y castellano, siendo acompañada por Les Manontropo -un grupo de músicos que, también, se mimetizarán con la obra de una manera asombrosa-.
Como si se produjera un desdoblamiento de su personalidad, ella sufre, sueña, grita, llora, ríe, ama, añora, corre, escapa, busca, descansa y vuelve a empezar.
Recorre el espacio escénico, una y otra vez, espera y retoma con toda su adrenalina esta aventura desbordante de energía.
Seguramente, quienes hayan pasado por un colapso nervioso o alguna sintomatología similar, podrán identificarse y apreciar muchísimo esta obra de teatro. Por momentos ella canta, se expresa y encuentra cómo canalizar su malestar; hasta que aparecen los músicos para demostrarle que no está sola. Estas escenas grupales podrían verse como parte de sus delirios mentales o, siendo más simplistas, como reuniones en que sucede lo que tiene que suceder.
Así, aparecen dos mundos paralelos: el ficticio y el real. En el primero, ella padece, está atosigada por ella misma, por el trabajo y todo lo que la abruma. Y, con respecto al segundo, se relaja para sentir -dejando a un lado lo intelectual y racional-.
Quizás, la música sea su cable a tierra y la manera que tenga de mirar el mundo sin cuestionarlo demasiado; dejando a un lado quién es y qué pretende.
Orgías incomprendidas, cuerdas sonando, maracas, una batería que se instala en el medio del espacio cobrando protagonismo, voces que forman cánones que vienen y van, sentimientos alborotados, soledades abandonadas.
Todo esto es “Surmenage”, una invitación a conocer qué es, a sentir la vida desde un lugar diferente, incómodo y vibrar en llamas cuando sea el momento.
Hombres y mujeres que se conocen, se cruzan, se desean, se olvidan, se aferran a instrumentos -a quienes les son fieles-, se fusionan, se agrupan y despiden.
El principio es el final y el final el principio, sin pretender tener una coherencia lógica sino de esbozar, performáticamente, los estados de ánimo de esta desesperanzada mujer.
Los diálogos no son fundamentales en Surmenage y es que las melodías y cantos se encargan de transmitir lo necesario, en conjunto con lo corporal. Sin embargo, existen breves momentos en que la palabra surge para demostrar lo innecesaria que puede resultar.
Un gran trabajo artístico que no solamente emociona sino que te deja con una sensación distinta, con una palpitación desbordante de alegría al descubrir que todo lo malo dura lo que nuestra mente ordene.

Surmenage: una obra con recital incluido, o un recital con pases de actuación MIÉRCOLES 08 DE ABRIL DE 2015
Una crítica a la obra que se presenta en "El patio de Actores", en Capital Federal.
Por Vladimir di Fiore
De recorrida por el hermoso mundo teatro, ayer me zambullí de lleno en El patio de los actores para dejarme llevar por el camino del disfrute y la risa de la mano de Millie Almeida et Les Manontroppo en una creación que dieron en nombrar Surmenage. Antes de centrarme en los detalles, y para atajar a la banda de la ansiedad, les digo que sí, la recomiendo y claro… ¡que tienen que ir!
Bueno, ahora que nos sacamos la ansiedad de encima, vamos a lo que nos convoca, y hablemos de la obra. Lo primero a destacar es que si bien los puristas del musical no dirían que lo es, tampoco podemos decir que sea teatro clásico y tradicional. Esto es tan cierto como que nosotros de tradicionales poco y de clásicos menos, así que tranquilos.La obra toma como eje la música, más precisamente la creada por Millie Almeida et Les Manontroppo y sobre esta base construye una historia. A lo largo de una hora, que no parece tal, seremos partícipes de una historia que hará fluir la risa de la garganta más reacia a hacerla sonar y provocará carcajadas en otros sectores de la sala. Les Manontroppo salen a tablas con instrumentos varios, hermosas cuerdas vocales más que afiladas, guitarra, violín, contrabajo, percusión, maracas, rascador y hasta tazas. Sí, sí, así como lo leen, ¡esta gente hace música con tazas y cucharitas!!Durante el Surmenage somos invitados a disfrutar un hermoso juego, a olvidarnos si estamos viendo actores que hacen música o músicos que actúan, a ver pseudo-escenas cotidianas tamizadas por el humor, digamos toda una invitación a poder reírnos de nosotros mismos.En fin, mis queridos, traten de no perderse esta oportunidad de pasarla lindo lindo y conocer otras variantes del teatro. A modo de cierre he de decirles que no, no está disponible la banda de sonido, que a menos de dos cuadras de la sala pueden comer rico y barato en Bellagamba y que si se les da por el francés deben saber que en la obra está más considerado un instrumento musical que una lengua.




FILOMENA MARTURANO, MATRIMONIO A LA ITALIANA – arrebato emocional
La clásica comedia dramática en excelente versión de Claudia Lapacó y Antonio Grimau
24/01/2016 por CRISTIAN A. DOMINGUEZ
Actúan: Milagros Almeida, Natalia Cociuffo, Victorio D´Alessandro, Antonio Grimau, Claudia Lapacó, Matías Mayer, Ignacio Pérez Cortéz, Abian Vainstein – Escenografía e iluminación:Eugenio Zanetti – Autor: Eduardo De Filippo – Versión: Dany Mañas – Dirección: Helena Tritek
La pieza es del dramaturgo napolitano Eduardo de Filippo -escrit tras haber huido de la dominación alemana en Roma- y ha cosechado éxitos a través del tiempo. Llevada al teatro, la televisión y el cine en diversas adaptaciones, fueron protagonistas Tita Merello, Guillermo Battaglia, Sofía Loren y Marcello Mastroianni. En versión del productor Dany Mañas, no ha perdido frescura y cautiva con sus situaciones de comedia, drama y musicales. El desarrollo, que ocurre después de la Segunda Guerra Mundial, permite reflexionar sobre las relaciones humanas de entonce y la vigencia eterna del amor, subrayado por el clásico humor italiano.
El elenco es formidable y trabajan todos estupendamente. La perspicaz directora Helena Tritek intercaló un par de canciones en el guión. La escenografía y la iluminación son imponentes. Se nota el extraordinario trabajo de Eugenio Zanetti que presenta hasta el mínimo detalle la casona del matrimonio y enmarca de manera elevada la obra en un atinado efecto realista. El vestuario también brilla en la puesta y enfatiza el texto de fuerte impronta neorrealista, que eleva la figura de la familia y la mujer.
Es una auténtica oportunidad de ver buen teatro, actuaciones impecables y una puesta que sobresale visualmente, con ritmo algo añejo, aunque igualmente atrapante.

PRIMICIAS
Lapacó, Grimau y una puesta para disfrutar con “Filomena Marturano”
By Laubfal | 28/01/2016

Todos los detalles están cuidados al extremo: desde la lograda escenografía de Eugenio Zanetti al impecable vestuario (vigilado y conseguido con esfuerzo por el productor,Dany Mañas), los peinados (excelente el trabajo de Diego Impagliazzo en la protagonista) hasta la música, que contribuye a la entretenida puesta de la talentosaHelena Tritek, para una “Filomena Marturano” que se convierte en una de las agradables sorpresas del teatro porteño en este verano.
Claudia Lapacó, inmensa sobre un escenario, despliega todo su juego para dar vida, ternura, odio y fuerza a esta mujer que buscará a toda costa formar una familia y junto a ella Antonio Grimau le pone oficio y carnadura a su Doménico Soriano en un ida y vuelta de diálogos y contrapuntos en los que se lucen ambos a la par.
Matías Mayer, Vico D´Alessandro y Nacho Pérez Cortes forman el trío de hijos en un elenco parejo en nivel de actuaciones, todos destacables en sus roles, comoNatalia Cociuffo en su doble papel, Milagros Almeida y Abián Vainstein.
Hay que reconocer el empeño de Dany Mañas por llevar adelante esta producción que finalmente llegó al Teatro 25 de Mayo en Villa Urquiza, una caja perfecta para esta historia que lejos de haberle pasado los años, rejuveneció con creatividad, talento, emoción y alegría. Muy recomendable y a precios muy accesibles por ser una sala municipal.

Susana Gimenez madrina teatral y la broma a Antonio Grimau
By Laubfal | 23/01/2016
Fue su compañero todo el año pasado en “Piel de judas” y por eso quiso ir a verlo apenas llegada a Buenos Aires. Susana Gimenez llegó de Punta del Este y fue hasta el teatro 25 de Mayo de Triunvirato 4444 en Villa Urquiza, para ver “Filomena Marturano”, la obra que su productor, Dany Mañas, hubiera soñado que ella hubiera interpretado, como lo hizo Tita Merello y que hoy cuenta con la magistral actuación de Claudia Lapacó junto a Antonio Grimau.
Fue con él con quien bromeó Susana a partir del bigote del personaje cuando subió al final del escenario: “éste está mejor…ja ja..el otro se despegaba con el sudor”, dijo Su y comentó “la obra es divina, el teatro está divino y los amo”.
Grimau tambien en tono jocoso le dijo “sos divina, sos Susana Gimenez” y se fue la diva entre aplausos del escenario ovacionada por la gente.
