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Prensa

(Click en la foto para nota completa)

24 marzo 2015

          SuRmeNaGe              

                     Estados alterados

Ella es una mujer deprimida pero no es una mujer cualquiera, es ELLA ... tan particular, tan sofisticada y glamorosa, por ende no es una depresión común y corriente, es una depresión a su altura, a toda orquesta.   

Dícese que surmenage es un estado de tensión que bloquea el sistema nervioso, cuando una persona lo padece puede desmayarse o perder el control, en este caso opera la segunda opción. Nuestra heroína (Millie Almeida) con un delicioso histrionismo, se descontrola de la forma tal vez menos esperada para estos casos ... cantando. A través de sus canciones expone los conflictos que la llevaron a ese estado. La relación con sus padres, el amor, el desamor, los encuentros y desencuentros y el hastío mismo. 

Con una estética exquisita inspirada en los años 50, esta performance, dirigida por Fernando Tur, deleita nuestros sentidos con muy buenas voces, banda en vivo, interpretaciones inesperadas con objetos insólitos y un humor muy sutil. Una escenografía que se arma y desarme ante nuestros ojos, todo el tiempo, en forma contínua e incesante, todos padecemos junto a la bella protagonista un estado de alteración mental, alienante y cautivante por demás.   

¡Muy buena!                  

                                             Redactora: Andrea Alejandra González

Miércoles, 18 de marzo de 2015

 

SURMENAGE

 

Milagros Almeida, representa una mujer que está sumergida en una etapa de depresión y que con gran fascinación hace un recorrido por distintas etapas de su vida, creando así, con un inigualable caracterización todo lo que ocurre en el escenario que está transformado en un divertido musical. Los personajes demuestran las relaciones que forman parte de la vida de ella y cómo afectan en su persona. Un gran despliegue de músicos van acompañando a todo lo que sucede y nos provoca una majestuosa imagen de todo lo que acontece para llevar al público, una respetuosa puesta en escena que causa un gran estupor. Cabe destacar el colorido y no menos desopilante vestuario que llevan todos y cada uno de los actores para acompañar dicha propuesta, dejando así una calurosa muestra de todo lo que quieren transmitir. El final que lo dejamos abierto para que los que concurran al espectáculo lo vivan con su libre interpretación, hace que deleitemos aún más el sentido que tiene semejante obra. Esta valiosa pieza está llevada con la hidalguía de la mano del director Fernando Tur, que hace de este trabajo un ensueño particular.

Miradas al Sur- Cultura

29 de marzo de 2015"SURMENAGE" Por Raúl Argemi

 

Música, lejos de un ataque de nervios

con una producción poco frecuente un espectáculo para oídos hedonistas.

 

 

  

A dúo:

Milagros

Almeida y

la trompeta de Hernán Sanchez

El espectáculo puesto en Patio de Actores se vale de una falla en la mecánica –se saltan los fusibles, para decirlo en términos caseros– de la cabeza, que harta de ser exigida, de pronto se toma vacaciones y el portador se encuentra como en un sueño, vagando por espacios vacíos donde debería haber memoria, y sensaciones sueltas desprendidas de las historias que las generaron, como claveles del aire. Esta definición no convencería ni a un médico ni a un diccionario, pero el desconcierto mandante en todo “surmenageado” –o sea víctima de un surmenage, el síndrome de fatiga que bloquea el sistema nervioso, y hace que la realidad puede ser una y varia al mismo tiempo– es una buena excusa para poner en marcha una provocación musical a toda música. Que, al fin, de eso se trata el espectáculo –¿la obra?– titulada, como ya tendría que ser obvio,Surmenage.Como para marcar que en los últimos decenios los actores argentinos pueden hacer algo más que “parecer naturales” y hasta cantan; o su reverso, que los cantantes pueden ser algo más que un poste de la luz –o un buzón, depende del talle– y pedirles que se muevan e interpreten por fuera de la música no es un desafío para nervios bien templados, el elenco de Surmenage, como diría alguno, “se toca todo”, y lo hace bien.

La excusa de la puesta en escena de Fernando Tur –sobre idea y música de Milagros Almeida– es el estado de cortocircuito de una mujer y un asomo a lo que sucede en el interior de su cabeza, pero a la vista del espectador. Así, una sucesión de cuadros demandan participación de quien los presencia, un enlace de continuidad racional, eso que siempre se busca como salvavidas ante lo inasible. Es tan claro que se puede apostar a que cada espectador armará un puzzle distinto, según donde lo toque cada cuadro, o en qué recuerdos propios encuentre su eco la música.
El centro del juego, la protagonista, que viaja, delira no se sabe si por recuerdos o por cómo le gustaría recordar lo que nunca fue, reclama de Milagros Almeida una exhibición de oficio que es de agradecer. La variedad de sus registros, el feeling que despliega y su afinación hacen que uno eche en falta un espacio con una acústica mejor que el sordo Patio de Actores.
Por lo demás, como los músicos no se pueden quedar afuera, la lista: Omar Possemato, voz y actuación; Malena Zuelgaray, voz y actuación; Eduardo Penney, guitarra y actuación; Gonzalo Javier Alvarez, voz y actuación; Yanina Ferraro, voz y actuación; Hernán Sánchez, trompeta y actuación; Maia Prieto, violín y actuación; y Julián Mekler, que completa la convocatoria musical con voz y actuación. La redundancia en que actúan no es casual. Surmenage no es un grupo de actores más un grupo de músicos; es todos a una, como Fuenteovejuna o los tres mosqueteros.
Colaboran en la puesta en escena Julieta Carrillo que pone las luces que separan, ocultan o identifican a quién hay que ver y cuándo –una habilidad no siempre apreciada por los espectadores– y Sofía Ciravegna, que desde la asistencia de dirección pone el color necesario para que la música no se quede sola.
¿Dónde? Patio de Actores, Lerma 568 (CABA). Para gente con buen oído musical, una producción de “Millie Almeida et Les Manontroppo”.

 

Actualidad artística

 

27 de marzo de 2015

 

Teatro: SURMENAGE

por El Crítico Enmascarado

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una persona (Millie Almeida) envuelta en una sábana de la que sólo podemos ver los pies, con un par de lentes sobre la tela para indicarnos dónde estaría la cabeza, nos recibe. La sinopsis (no así el desarrollo) nos aclara que esta obra sucede en un tiempo subjetivo durante el cual la protagonista se encuentra en un estado desurmenage, un colapso intelectual que también tiene el pomposo nombre de “síndrome de fatiga crónica”. Así, se propone un recorrido por la mente de esta protagonista cuando lo racional baja las defensas. La densidad de lo onírico, instalada ya desde el patas para arriba, habilita también los subibajas emocionales de la pieza. Siempre es un desafío interesante ver la dramatización de un sueño, hacer entrar al teatro allí donde las leyes de la física y la naturaleza no se respetan. Así, se empieza a establecer una lógica cambiada que funciona muy bien. El espacio vaciado, salvo por un sillón y una lámpara, se va poblando con la apertura de puertas tras las que aparecen y desaparecen miembros de la banda Les Manontropo compuesta por ocho miembros que usan percusión, violín, trompeta, contrabajo y voces. A partir de la llegada del grupo, el argumento va a perderse al tiempo que la presencia musical se hace más fuerte. Las canciones ilustran los distintos estados de ánimo en los que esta protagonista, con la arbitrariedad de los sueños, está inmersa. Tiene arreglos interesantes de temas conocidos, pero lo que se impone por sobre la narración es una estética que está marcada por el imaginario de la big band con trajes de brillo y elegancia que se superponen al camisón, también elegante, de Millie Almeida. El vestuario y el tipo de actitud que, junto a la música, generan son de máxima relevancia para la puesta.La orquesta y las voces están en gran nivel, los cuadros musicales con canciones en castellano, francés (predominante) e inglés se suceden yendo del bolero a  la chanson française y al jazz sin perder el clima onírico. La dirección sabe poner en primer plano la música entre los breves climas que genera en este recorrido emocional que no termina de ser un recital ni una obra de teatro en sentido estricto pero que genera un momento agradable en su mezcla poco ortodoxa.

 

Surmenage (o Síndrome de fatiga crónica)

Se estrenó en el Patio de Actores Surmenage, una obra que fusiona actuación, canto y música en vivo. Invita al espectador a un recorrido propio mediante el juego y el goce. Dirigida por Fernando Tur.

Esta obra pareciera ser la excusa perfecta para poner en escena a nueve artistas para desplegar su arte: Surmenage no cuenta una historia en particular, sino que son momentos vivenciados de forma desordenada y atemporal por su protagonista, la actriz y cantante Millie Almeida.

Almeida comienza su trabajo profesional en el año 2003, desempeñándose como actriz y cantante en diversas bandas de música, obras de teatro, y comedias musicales. Su primer trabajo como solista es Millie Almeida et les Manontroppo.En noviembre de 2014 es convocado el músico y actor Fernando Tur, para hacerse cargo de la dirección del espectáculo.Fernando Tur es integrante de Krapp. El grupo trabaja desde el año 2000, con interrupciones, en la búsqueda de nuevas formas de expresión. Krapp está integrado por bailarines, actores y músicos que orientan su actividad a la investigación creativa.

La diversidad de las disciplinas contribuyó a la construcción de una estética propia. Según su director, Surmenage es una elipsis musical coreográfica y cinematográfica que suprime acontecimientos de la linealidad temporal del relato. Sin embargo, hay historia y tiempo.

Con imágenes surrealistas nos invita a dejarnos llevar por la propuesta y disfrutar del juego colectivo armonioso y desordenado propuesto por los artistas. El amor como tema no puede no estar presente en esta pieza. Pero también la angustia, la tristeza, el deseo, la pasión, la simpatía son algunos de los estados que recorre la brillante actriz, portadora de una voz privilegiada.Con buena música y excelentes interpretaciones nos llevan no solo disfrutar de esta obra única sino que también permiten que cada espectador la transite de un modo distinto, pero llegando a un lugar común: un estado de mayor sensibilidad.                                                                                               CAROLINA LUCERO              

"La obra también tiene rasgos cinematográficos"       

  FERNANDO TUR, DIRECTOR      24 de marzo de 2015                  

–¿Cómo surgió Surmenage?
–Surge del deseo de trabajar con músicos y actores que coinciden en un recorrido coreográfico. Todo el proceso comienza junto a Milagros Almeida, armando, desarmando y rearmando una hipótesis de obra que fue mutando con cada encuentro.
–¿Cuál es el planteo de la obra?
–El surmenage es también conocido como el síndrome de fatiga crónica; es un tipo de depresión que bloquea al sistema nervioso. Cuando una persona lo padece, pierde el control, puede entrar en shock o dejar de reaccionar ante cualquier estímulo. Inclusive el individuo puede construir una realidad que no existe. En escena, vemos a la actriz principal en un debate consigo misma de una forma existencial. La expone a aventurarse en presente y pasado, dentro de su imaginario.
–¿Cómo se fusionan la música y los diálogos?
–Accidentalmente o adrede. No hay una lógica de fusión de elementos; más bien los elementos están, y aparecen y se entrelazan en función de una totalidad. Nada está librado al azar. La obra también tiene rasgos cinematográficos.Creo que pensar muchas veces una obra de una forma cinematográfica puede quizás darnos la libertad de pensar en la fotografía de la obra, teniendo en cuenta los límites del teatro con los que el cine no cuenta. Puede sonar fácil decirlo, pero la distancia de recursos es de años luz.

TEATRO:SURMENAGE

marzo 26, 2015       POR MARTA CASALE

UNA PROPUESTA INTERESANTE

“El surmenage o síndrome de fatiga crónica es un tipo de depresión que bloquea el sistema nervioso. Cuando una persona lo padece, pierde el control, puede entrar en shock o dejar de reaccionar ante cualquier estímulo, inclusive puede construir una realidad que no existe”, aclara Fernando Tur, creador de loa obra que lleva el nombre del desorden y pretende, precisamente, dar cuenta de él en forma de espectáculo musical.

EL ESPECTADOR COMPULSIVO

Un sitio para las artes del espectáculo

Surmenage no es un musical al modo convencional, quizás porque da amplia cabida a la subjetividad, tanto del personaje central –una mujer- como de los espectadores, quienes pueden interpretar (más allá de las canciones) ese material, por momentos caótico, a su manera; quizás, porque renuncia a construir una línea temporal con su consiguiente progresión dramática. Más bien se trata de estados interiores sumados, yuxtapuestos, entrelazados, dados a conocer a través de la música, la actuación y una coreografía bien delineada. Sorprende y divierte, porque el humor es uno de sus ingredientes fundamentales. El otro es el talento de sus hacedores.

Un mínimo hilo argumental sostiene aSurmenage como todo armónico en el que las canciones se suceden con su consiguiente puesta en escena. La obra comienza con una figura -¿acaso su protagonista, la excelente Millie Almeida?- cubierta con una sábana bajo la cual es posible adivinar su postura gracias a unos anteojos ahumados que marcan dónde está la cabeza; esta primera escena -cuyo desenlace no develaremos- es la clave de lectura de un espectáculo que se desarrollará desechando la lógica y apelando, sobre todo, a lo onírico.

Les Manontroppo conforman el equilibrado conjunto que acompaña a la protagonista, otorgando al espectáculo un alto nivel musical y realizando, también, un aporte actoral que constituye apropiado marco a lo que sucede en el centro de la escena. La caja negra del escenario -sólo con una lámpara y un sofá- resulta un espacio que se adapta muy bien a la propuesta escénica que, sin embargo, detenta brillo y glamour, sobre todo gracias al vestuario e iluminación.

Música de calidad teatralizada en un espectáculo que echa mano de distintas melodías, en diferentes idiomas, en un atractivo recorrido.

Surmenage: Una obra con recital incluído o un recital con pases de actuación

 MIERCOLES 8 DE ABRIL DE 2015            POR VLADIMIR DI FIORE

De recorrida por el hermoso mundo teatro, ayer me zambullí de lleno en El patio de los actores para dejarme llevar por el camino del disfrute y la risa de la mano de Millie Almeida et Les Manontroppo en una creación que dieron en nombrar Surmenage. Antes de centrarme en los detalles, y para atajar a la banda de la ansiedad, les digo que sí, la recomiendo y claro… ¡que tienen que ir!

 

Bueno, ahora que nos sacamos la ansiedad de encima, vamos a lo que nos convoca, y hablemos de la obra. Lo primero a destacar es que si bien los puristas del musical no dirían que lo es, tampoco podemos decir que sea teatro clásico y tradicional. Esto es tan cierto como que nosotros de tradicionales poco y de clásicos menos, así que tranquilos.

La obra toma como eje la música, más precisamente la creada por Millie Almeida et Les Manontroppo y sobre esta base construye una historia.  A lo largo de una hora, que no parece tal, seremos partícipes de una historia que hará fluir la risa de la garganta más reacia a hacerla sonar y provocará carcajadas en otros sectores de la sala. Les Manontroppo salen a tablas con instrumentos varios, hermosas cuerdas vocales más que afiladas, guitarra, violín, contrabajo, percusión, maracas, rascador y hasta tazas. Sí, sí, así como lo leen, ¡esta gente hace música con tazas y cucharitas!!

Durante el Surmenage somos invitados a disfrutar un hermoso juego, a olvidarnos si estamos viendo actores que hacen música o músicos que actúan, a ver pseudo-escenas cotidianas tamizadas por el humor, digamos toda una invitación a poder reírnos de nosotros mismos.

En fin, mis queridos, traten de no perderse esta oportunidad de pasarla lindo lindo y conocer otras variantes del teatro. A modo de cierre he de decirles que no, no está disponible la banda de sonido, que a menos de dos cuadras de la sala pueden comer rico y barato en Bellagamba y que si se les da por el francés deben saber que en la obra está más considerado un instrumento musical que una lengua.

El agotamiento físico y mental, las exigencias, la búsqueda del perfeccionismo, el caos de la ciudad, las presiones sociales y propias, entre algunos de los problemas más recurrentes; nos permiten saber que estamos en presencia de un “Surmenage” (escrita por Milagros Almeida y Fernando Tur, dirigida por éste último)

...la actriz Millie Almeida, interpreta a una mujer que está pasando por una crisis -en la que se incluyen todos estas estas problemáticas y- dentro de la que se pueden observar sus síntomas.

Ella, aparece en escena de una manera atípica, sin mostrarse hasta pasados unos minutos de la historia. De este modo, los accesorios y ambientación se encargan de hablar por ella, hasta que su voz se hace protagonista de su padecer, de su desorientación y de su sufrimiento actual.Es fascinante verla trasladarse con unos tacos altos por toda la sala, escucharla cantar en francés y castellano, siendo acompañada por Les Manontropo -un grupo de músicos que, también, se mimetizarán con la obra de una manera asombrosa-.Como si se produjera un desdoblamiento de su personalidad, ella sufre, sueña, grita, llora, ríe, ama, añora, corre, escapa, busca, descansa y vuelve a empezar.Recorre el espacio escénico, una y otra vez, espera y retoma con toda su adrenalina esta aventura desbordante de energía. [...]

...Así, aparecen dos mundos paralelos: el ficticio y el real. En el primero, ella padece, está atosigada por ella misma, por el trabajo y todo lo que la abruma. Y, con respecto al segundo, se relaja para sentir -dejando a un lado lo intelectual y racional-Quizás, la música sea su cable a tierra y la manera que tenga de mirar el mundo sin cuestionarlo demasiado; dejando a un lado quién es y qué pretende.Orgías incomprendidas, cuerdas sonando, maracas, una batería que se instala en el medio del espacio cobrando protagonismo, voces que forman cánones que vienen y van, sentimientos alborotados, soledades abandonadas.Todo esto es “Surmenage”, una invitación a conocer qué es, a sentir la vida desde un lugar diferente, incómodo y vibrar en llamas cuando sea el momento.Hombres y mujeres que se conocen, se cruzan, se desean, se olvidan, se aferran a instrumentos -a quienes les son fieles-, se fusionan, se agrupan y despiden.El principio es el final y el final el principio, sin pretender tener una coherencia lógica sino de esbozar, performáticamente, los estados de ánimo de esta desesperanzada mujer.Los diálogos no son fundamentales en Surmenage y es que las melodías y cantos se encargan de transmitir lo necesario, en conjunto con lo corporal. Sin embargo, existen breves momentos en que la palabra surge para demostrar lo innecesaria que puede resultar.Un gran trabajo artístico que no solamente emociona sino que te deja con una sensación distinta, con una palpitación desbordante de alegría al descubrir que todo lo malo dura lo que nuestra mente ordene.

"Cuando la mente desborda y el arte cura"

 

Por Mariela Veronica Gagliardi

 

JUNIO 2015

Por Jorge Luis Montiel
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